27 de octubre de 2018.– El quinto de los seis pandilleros que violaron y asesinaron a Lidia Montesinos Coca, a fines de 2017, fue aprehendido el jueves 25 de octubre por policías de la Fuerza Especial de Lucha Contra la Violencia, y ayer se sometió a una audiencia cautelar en la que un juzgado de Quillacollo ordenó su detención preventiva en el penal de San Antonio.
El detenido preventivo fue identificado como Grover C., quien fue sindicado de participar de la violación y feminicidio de la joven en Ironcollo. Lidia Montesinos Coca tenía 22 años. Se había graduado de la carrera de Contabilidad y, la noche del 28 de diciembre de 2017, salió hacia el gimnasio. Su enamorado la llamó a las 19:45 horas y Lidia le dijo que ya estaba retornando a su hogar.
Fue interceptada en el trayecto por seis jóvenes de las pandillas Los Pelkins y Código 36. Ella conocía a dos de ellos porque crecieron juntos en el barrio. Justamente ellos la saludaron y le pidieron que brinde con una copa. La joven aceptó, pero las intenciones de los delincuentes juveniles eran otras. Le exigieron que tome más y luego la arrastraron hasta unos maizales donde unos la violaron mientras los otros le taparon la boca para evitar que grite. Al final, para librarse de una denuncia, la asesinaron asfixiándola.
Su familia la buscó con desesperación, pensando que estaba retenida en algún lugar. Incluso se investigó al enamorado de la joven. Empero, el 3 de enero de 2018, vecinos hallaron el cadáver de Lidia en medio de los maizales, en Ironcollo.
De acuerdo al resultado de la autopsia, los feminicidas le fracturaron el maxilar en su afán de asfixiarla. La Policía capturó a cuatro pandilleros el 6 de enero: El Topo, de 21 años, El Chuqui (19), El Rudy (18) y el Ñaño, de 17. Confesaron el crimen. Faltaba apresar a El Grover y ahora buscan a El Marco.
(Opinión)