26 de agosto de 2018.- Jennifer Ramírez Rivero era una mujer de tez blanca y cabello castaño claro. Candidata al reinado de la Feria Internacional de San Sebastián, tenía una típica sonrisa venezolana de mejillas enrojecidas. Era la dueña de una marca de ropa y conseguía otros ingresos vendiendo tortas al frente del edificio Spanis, en el que vivía, en el centro de Cúcuta.
Ramírez Rivero era madre de un pequeño de dos años. Vivía en el apartamento número 305, del cual salió un fuerte olor a descomposición este sábado.
A medida que los vecinos se acercaron a la puerta de la residencia, el hedor que percibían se acentuaba, y podían escuchar un leve llanto. De inmediato llamaron a la policía. Al abrir el apartamento, los inquilinos notaron que el lugar estaba desordenado y descubrieron el cadaver boca abajo de Jennifer Ramírez Rivero, en estado de descomposición y vestido en una pijama corta. A su lado, estaba su hijo en severo estado de desnutrición, luego de haber pasado cinco días sin agua ni comida al lado del cuerpo de su madre.
«El niño no hacía nada. Lo bañé, le di una pasta y ahí lo sacaron», dijo una de las vecinas que atendió al menor.
Funcionarios de la policía tomaron en custodia al hijo de Ramírez y lo trasladaron al hospital Erasmo Meoz. Ahí el menor recibe atención médica y alimentos.
La asesinaron el pasado lunes. «Todo indica que es un crimen pasional», señaló el funcionario. Las autoridades también indicaron que un hombre, que frecuentemente acompañaba a la venezolana, podría ser el sospechoso.