22 de mayo de 2018.- Un jubilado italiano murió en abril a los 90 años y decidió dejar una herencia de un millón de euros a su perro Tor, al cual adoptó hace siete años.
Pasquale Rizzo encontró a su mascota cerca de su vivienda y decidió darle un hogar. Al poco tiempo, se volvieron inseparables.
En 2014, Tor le salvó la vida al hombre. Rizzo sufrió un ataque cardíaco y gracias a los ladridos del perro, los vecinos se dieron cuenta de que algo malo pasaba y llamaron a la ambulancia.
Poco antes de morir, como no tenía herederos directos, Rizzo decidió hacer un testamento para que Tor se quedara con todos sus bienes: dos pisos y dos cuentas bancarias, todo valuado en un millón de euros, según informó el portal La Repubblica.
Pero, a pesar del testamento, según la ley italiana, un animal no puede ser heredero. Por eso, el juez nombró a un amigo del anciano como encargado de velar para que la última voluntad del hombre se cumpla.