17 de octubre de 2018.- La primera dama estadounidense volaba desde Washington a Filadelfia cuando se produjo «un problema mecánico menor», según su portavoz, Stephanie Grisham.
«Todo está bien y todos están a salvo», indicó Grisham en un comunicado.
La cadena CNN y otras emisoras estadounidense informaron que los periodistas a bordo detectaron humo en la cabina y que les dijeron que si la cosa empeoraba se cubrieran la cara con toallas mojadas.
Después el humo se disipó y el avión regresó a Washington sin incidentes.