26 de noviembre de 2018.-Unas 145 ballenas piloto han muerto en Nueva Zelanda tras quedarse varadas durante el fin de semana en la isla Steward (Rakiura), en el extremo sur del país oceánico.
Un excursionista alertó a las autoridades sobre la situación de los mamíferos, que quedaron varados en la bahía Mason, según un comunicado del Ministerio de Conservación de Nueva Zelanda.
La mitad de las ballenas estaban muertas cuando llegaron los socorristas, mientras que el resto fue sacrificado debido a la dificultad para acceder al lugar, según explicó el gerente de operaciones en Rakiura del Ministerio de Conservación de Nueva Zelanda, Ren Leppens. “Tristemente la posibilidad de reflotarlas con éxito eran extremadamente bajas. La lejanía del lugar, la falta de personal y el deterioro de la condición de las ballenas implicaba que lo más humano que se podía hacer por ellas era sacrificarlas”, precisó Leppens.
La ballena piloto, también llamada Calderón común, es un ejemplar de frente abombada y cuerpo robusto que puede alcanzar entre seis y siete metros de longitud.
Los mamíferos marinos se quedan varados con frecuencia en las costas de Nueva Zelanda y el promedio de operativos realizados por los funcionarios ambientales es de unos 85 por año, la mayoría de ellos para salvar individualmente a estos animales.