Es así que dio con el eventual padre del niño.Este le facilitó el semen y ella se realizó un proceso de inseminación, en el cual se lo inyectó ella misma. Luego de unos meses de embarazo, ella y el padre acordaron que sería mejor vivir juntos por el niño. Fue entonces que ella descubrió que el padre de su hijo era homosexual, por lo cual decidió que, cuando naciera, lo mataría.
El niño nació y cuando cumplió 10 meses, lo lanzó por el balcón del sétimo piso de su edificio. “No recuerdo cómo me vino la idea. Sencillamente, lo cogí en brazos, me asomé por el balcón y lo dejé caer”, señaló.
Durante el juicio, la mujer, identificada como Myriam, señaló que fue víctima de abusos sexuales cuando era niña: “Cuando me hice mujer deseé muy pronto ser madre, pero sentía asco y fobia ante los hombres que deseaban poseerme físicamente”.
“Quería un padre para mis hijos, pero no he tenido suerte. Mi primer hijo nació con el síndrome de Down. Luego, el segundo, nacido del esperma de otro gay, nació en malas circunstancias”, continuó luego.