26 de septiembre de 2018.- Las grandes tecnológicas estadounidenses empiezan a ceder ante la presión de la Comisión Europea. El brazo ejecutivo de la Unión Europea exigió en abril a empresas como Facebook, Google o Twitter que presentaran un plan sobre cómo pensaban luchar contra la creciente difusión de noticias falsas. Si no lo hacían de forma voluntaria, Bruselas utilizaría su arsenal legislativo.
Las empresas cedieron. Esas tres empresas y otras menores presentaron este miércoles a la Comisión Europea un plan voluntario en el que prometen inversiones para frenar la difusión de esas «fake news» a los usuarios europeos. El proyecto surge después de meses de presiones desde el Parlamento Europeo (y del Congreso estadounidense).
Los legisladores las tienen en la mira por haber permitido la difusión, principalmente —aunque no solamente— desde Rusia, de información falsa que tuvo influencia en las elecciones presidenciales estadounidenses de 2016 que ganó Donald Trump y en el referéndum del Brexit que ganaron los partidarios de sacar al Reino Unido de la Unión Europea.
Bruselas exigió ese compromiso voluntario de los gigantes tecnológicos ante el temor de que las próximas elecciones europeas (en mayo de 2019) se convirtieran en otro escenario de difusión de noticias falsas destinadas a desprestigiar a dirigentes políticos o a diseminar información falsa para, principalmente, atizar el odio contra extranjeros y migrantes y favorecer así a los partidos populistas de ultraderecha.