23 de noviembre de 2018.- El plato de comida más caro del mundo no se encuentra en un lujoso restaurante de Nueva York o París sino en países en conflicto o que sufren inseguridad alimentaria. Los ingredientes necesarios para cocinar un plato básico de arroz o de lentejas se consiguen a precios astronómicos en países asediados por el conflicto, golpeados por la inestabilidad política o castigados por la pobreza.
Allí, y no en un mercado gourmet, es donde se encuentran los alimentos más caros del mundo, porque los precios de los productos básicos se han disparado y comer cada día está fuera del alcance de millones de personas. Un informe del Programa Mundial de Alimentos (WFP, en sus siglas en inglés) titulado «Contando los Frijoles» analiza la proporción de ingresos diarios que son necesarios para asegurarse un plato básico de comida de 600 kcal. en los países más pobres del mundo.
El estudio toma como base un sueldo medio de Nueva York y recorre el planeta calculando cuánto cuesta comer a sus habitantes. Sus hallazgos son escandalizadores. «Los alimentos asequibles y las sociedades pacíficas van de la mano. La presencia casi constante de un conflicto hace imposible cocinar el plato más simple», remarca David Beasley, director ejecutivo del WFP.
Hay que ir a Sudán del Sur para encontrar el guiso más caro del mundo. Cocinar un sencillo plato de legumbres o arroz en este rincón de África cuesta 305,6 euros(348,36 dólares), el equivalente a dos días de ingresos de un neoyorquino. Pero la diferencia es que al habitante de la Gran Manzana, ese cuenco de arroz le cuesta poco más que un euro (1,2 dólares).
«En países en conflicto como Sudán del Sur, el coste de los alimentos en relación a los ingresos se dispara porque los combates interrumpen el comercio, las tierras dejan de cultivarse, la población pierde sus empleos y con ellos sus ingresos regulares, los desplazados pierden acceso a sus bienes y por todo ello los productos disponibles (que no abundan) dejan de estar al alcance de muchos», señala el WPF. El Estado más joven del mundo y el más pobre vive inmerso, desde 2013 -dos años después de su creación en 2011-, en una guerra civil que tiene al 60% de su población -siete millones de personas- en grave riesgo y sin ayuda humanitaria.
Nigeria es el siguiente en este siniestro ránking del hambre. Allí ese mismo plato cuesta 194,8 euros, lo que es fruto de la compleja crisis en la que está sumergido el noreste del país. Allí se suman la violencia, la sequía y las inundaciones para provocar una maligna ecuación en la que unos dos millones de personas lidian cada día con una situación de semi-hambruna.
(EL MUNDO)