23 de noviembre de 2018.- Tres terroristas han intentado asaltar este viernes el Consulado de China en Karachi, la capital económica de Pakistán, pero han sido abatidos por la policía que guardaba la legación, según la prensa local. Del ataque, en el que han perecido dos policías y dos civiles, se ha responsabilizado el Ejército de Liberación de Baluchistán (BLA, en sus siglas inglesas), un grupo insurgente que se opone a los proyectos chinos en esa provincia suroccidental. Se trata del ataque más grave contra intereses chinos en Pakistán y también el más osado de ese grupo en mucho tiempo.
De acuerdo con el relato del jefe de la policía de Karachi, Amir Saikh, los tres atacantes lograron entrar en el recinto del Consulado, pero no llegaron a acceder al edificio. El coche cargado de explosivos en el que llegaron quedó aparcado en el exterior y fue posteriormente desactivado por los artificieros, informa el diario The News. En cuanto a los civiles muertos, Dawn los identificada como un padre y un hijo que habían acudido desde Quetta a solicitar un visado. El ministro de Exteriores paquistaní ha subrayado que todo el personal de la legación estaba a salvo.
“Han asaltado la embajada china en Karachi. China está explotando nuestros recursos”, ha declarado un portavoz del BLA, Jian Baluch, a la agencia Reuters.
El BLA es uno de los principales grupos separatistas que operan en Baluchistán, la menos poblada y más pobre de las provincias paquistaníes, a pesar de sus recursos minerales. Los nacionalistas baluches llevan contestando el control de Islamabad desde que su región fue incorporada por la fuerza a Pakistán en 1947. La discriminación económica y política ha alentado varias revueltas de esa minoría étnica que constituye el 3,6% de la población. Consideran que el Gobierno central se lleva las riquezas naturales (la zona contiene el 40 % de las reservas de gas natural del país) sin preocuparse de su desarrollo.
Con el regreso de los civiles al poder en 2008, se abrieron algunas vías de diálogo, pero el asesinato de varios de sus líderes, presumiblemente a manos de los servicios secretos, volvió a elevar la tensión. Al mismo tiempo, el controvertido desembarco chino en la provincia ha reforzado el sentimiento de que se explotaba al margen de sus intereses, dando un nuevo impulso a los separatistas. Baluchistán es el eje central del llamado Corredor Económico China Pakistán, un ambicioso proyecto de desarrollo de infraestructuras con el que Pekín intenta asegurarse una salida al Índico.
Significativamente, y pese al elevado nivel de paro entre los baluches, miles de trabajadores chinos están empleados en la construcción del puerto Gwadar y la carretera que lo conectará con la frontera china, unos 3.000 kilómetros al noreste. Ambos proyectos, estimados en 60.000 millones de dólares (53.000 millones de euros), han sido objeto de ataques con anterioridad. De hecho, en diciembre del año pasado, China advirtió a sus ciudadanos en Pakistán que estuvieran alerta después de que sus servicios secretos detectaran planes para atentar contra sus intereses en ese país. El Gobierno paquistaní prometió reforzar su protección.
(EL PAÍS)