De acuerdo con el Departamento de Justicia de EE UU, Rincón reconoció su rol en la trama criminal, que incluía el pago de sobornos por parte de empresas estadounidenses a funcionarios venezolanos para asegurar contratos y obtener prioridad de pago en facturas pendientes de forma «corrupta».
A sus 50 años, se declaró culpable ante un tribunal federal de Houston, Texas, de un cargo de conspiración para lavar dinero y la sentencia está programada para el 9 de julio.
El juez del distrito sur de Texas, Kenneth Hoyt, aceptó la declaración de culpabilidad e impuso una multa por daños de más de 7 millones de dólares al acusado, quien aceptó una orden de embargo.
Rincón junto con sus supuestos socios solicitó sobornos a clientes de Pdvsa a cambio de proveerles asistencia en sus negocios con la empresa pública.
El venezolano admitió que aceptó compensaciones de cargos de la entidad texana The Woodlands y de Coral Gables, de Florida, a cambio de favorecerles en sus contratos con Pdvsa.
Admitió haber conspirado para lavar dinero y encubrir los procesos de sobornos a través de una serie de transacciones, destinadas a cuentas en EE UU y Suiza que no estaban a nombre de Rincón.
Estos dos altos cargos de las compañías estadounidenses, Roberto Rincón y Jose Shiera, ya se declararon culpables por su papel en el entramado y aún esperan una sentencia.
Rincón fue extraditado en febrero desde España, país en el que fue detenido en octubre como resultado de un operativo que la Guardia Civil inició a partir de una orden de detención de un tribunal texano, que presentó una acusación de 20 cargos contra él y sus socios, otros cuatro ex altos cargos.