11 de Junio de 2018.- Varios medios norteamericanos apuntaron que tanto la anterior administración de Obama como la de Trump han estado luchando con fuerza para impedir la piratería informática china.
No es un secreto que China y EEUU llevan años enzarzados en una lucha cibernética por hacerse con la mejor tecnología militar, un campo en el que Washington lleva ventaja pero en el que Pekín está logrando rápidos avances.
Citando a funcionarios anónimos, el periódico estadounidense aseguró que los robos se produjeron en los meses de enero y febrero de este año, y que entre la información sustraída se encontraban los planes secretos para desarrollar un misil supersónico antibuque para su uso en submarinos. El contratista, cuyo nombre no citó, trabaja para el Centro Naval de Guerra Submarina, y lleva a cabo investigaciones y desarrollos para submarinos y sistemas de armas subacuáticas.
Los piratas no se contentaron con los datos del misil. Según el Post, también fueron capaces de hacerse con 614 gigabytes que incluían información relacionada con sensores, sistemas criptográficos submarinos y un proyecto lanzado en 2012 bajo el nombre Sea Dragon, del que el Pentágono sólo ha revelado que está destinado a adaptar las tecnologías militares existentes a nuevos usos.
Sin llegar a confirmar la información por razones de seguridad, el comandante de la Armada estadounidense, Bill Speaks, aseguró que existen medidas que exigen que las empresas de parte al Gobierno cuando se produce un «incidente cibernético» que involucre «información controlada no clasificada». «La evolución de las ciberamenazas es un asunto serio y estamos reforzando nuestra cultura de ciberseguridad centrándonos en la concienciación de la amenaza cibernética y la adecuación de nuestras defensas y capacidades de tecnología de la información», añadió a la agencia France Press.
De hecho, el robo de estos planes submarinos no es el más grande ni el más delicado de los diseños o sistemas pirateados por Pekín durante los últimos años. Es el caso del F-35, el caza furtivo más caro de toda la historia de EEUU, cuyos planos fueron sustraídos hace más de una década, así como los relacionados con el sistema de misiles avanzado Patriot PAC-3 y otros proyectos sensibles.
Pese a lo ocurrido, el New York Times vaticinó que es poco probable que Washington tome represalias ya que, para la mayoría de los funcionarios de inteligencia que consultó, éste es solo «otro caso de espionaje, que guarda similitudes con lo que hace Estados Unidos por todo el mundo».
(Vía : ANF )