4 de noviembre de 2018.- La caravana migrante, en su mayoría hondureños, partió ayer de Sayula hacia la localidad de Isla, en el estado mexicano de Veracruz, aunque muchos de ellos prefirieron seguir su camino al estado de Puebla después de que las autoridades locales cancelaran el transporte prometido para trasladarlos a Ciudad de México.

El viernes, el Gobierno mexicano les había ofrecido transporte, donde planeaban pedir documentos para que transiten a la frontera con EEUU; sin embargo, por los cortes de agua que afectan a DF el gobernador de Veracruz, Miguel Ángel Yunes, dijo que buscarían llevarlos a otra ciudad grande,  “donde podamos tener instalaciones adecuadas que les brinden sobre todo seguridad”, dijo el gobernador de Veracruz, un estado golpeado por el crimen organizado.

La segunda caravana, que ingresó a México el lunes, partió ayer de Mapastepec rumbo a Pijijiapan, Chiapas.

Este grupo va acompañado del dirigente de la organización Pueblos sin Fronteras, Irineo Mújica, quien organizó a las familias para que abordaran con orden vehículos de transporte público, particulares y de carga.

Mújica dijo que el éxodo migrante es un calvario aunque resaltó que “la población de México los ha acogido, dado comida y curado”.

La primera y la segunda caravana se reunirán en Ciudad de México. A ambos grupos los separan unos 400 kms.